¿En qué consiste?
Consiste en un comportamiento de juego desadaptativo, persistente y recurrente que altera la vida personal, familiar y/o profesional.
Además de este requisito, es necesario que aparezcan cinco o más de las siguientes características:
.Preocupación por el juego (p.e. pensar formas de conseguir dinero para jugar, planificar la próxima sesión de juego…)
.Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir la excitación deseada.
.fracaso repetido en el intento de dejar de jugar.
.inquietud o irritabilidad cuando se intenta detener el juego.
.El juego se utiliza para escapar de los problemas o aliviar el malestar.
.Después de perder dinero se intenta recuperarlo.
.Se engaña a las personas de alrededor para ocultar el grado de implicación en el juego.
.se cometen actos ilegales como robo o abuso de confianza para financiar el juego.
.se arriesgan o pierden relaciones interpersonales, trabajo y oportunidades educativas o profesionales debido al juego.
.Se confía en que los demás proporcionen dinero para aliviar la situación financiera.
Curso
El juego patológico suele empezar antes en los hombres (adolescencia) que en las mujeres, aunque puede comenzar a cualquier edad.
El patrón de juego puede ser regular o episódico. En general, hay una progresión en la frecuencia del juego, la cantidad apostada y la preocupación por el juego y la obtención de dinero con el cual apostar. La urgencia por apostar aumenta generalmente en períodos donde esté más ansioso o deprimido.
Por qué se juega
Diversas razones: superar el aburrimiento, ganar dinero, evadirse de sus problemas, solucionar problemas económicos, conseguir altos niveles de excitación…
Cómo piensa el jugador
Los jugadores creen que tienen una habilidad especial para el juego y que su probabilidad de ganar es muy alta. Algunos de los pensamientos irracionales que mantienen son por ejemplo, que hay números más probables porque no hay ruleta perfecta.
El jugador percibe que los éxitos dependen de su habilidad (falsa ilusión de control) y tienden a minimizar los fracasos (evaluación sesgada).
Orientaciones para la familia de un jugador
Hay que tener en cuenta que:
.Ningún familiar es culpable del problema. Sólo el jugador debe hacerse responsable de sí mismo.
.El adicto puede que no busque ayuda hasta que las consecuencias del juego sean más dolorosas que el no jugar. Por tanto, no hay que encubrirles, excusarles o pagarles sus deudas.
.Hay que seguir ofreciéndoles el cariño y el apoyo que necesitan pero no confundiendo esto con solucionar sus problemas.
.No funciona prohibirle que se aparte de lugares o personas que también juegan. Ha de ser él quien quiera apartarse.
.No es conveniente utilizar frases como “si nos quisieras dejarías de jugar”. Sólo sirven para aumentar su sentimiento de culpa y podría ser usado para justificarse y seguir jugando.
.Es importante establecer límites y atenerse a ellos.
Estrategias terapéuticas
Son numerosas y deben adaptarse a las características de cada caso:
.Terapia cognitiva: detección de pensamientos o creencias que facilitan el mantenimiento de la conducta de juego.
.Exposición en vivo con prevención de respuesta: llevar al sujeto hasta la situación donde se produce la conducta impidiendo que se produzca para ir reduciendo la ansiedad y mejorando su autocontrol.
.Entrenamiento en Habilidades Sociales.
.Estrategias de resolución de problemas.
.Prevención de recaídas; identificación de situaciones de riesgo para aprender a afrontarlas.
En algunos casos es necesario tomar ansiolíticos por la agitación que produce la abstinencia.
ANA CALVO MURO
PSICÓLOGA COL. Nº: R-0303
MÁSTER EN PSICOPATOLOGÍA Y SALUD
CURSO EXPERTO EN PSICOPATOLOGÍA Y
PSIQUIATRÍA