Apoyo psicológico en procesos de duelo en Arnedo y La Rioja
En la consulta, te ofrezco la posibilidad de expresar todas tus emociones asociadas al duelo, de comprenderlas y de gestionarlas de forma que puedas afrontar esta situación de la forma más adaptativa posible.
¿Qué es el duelo?
El duelo es la reacción ante la muerte de una persona querida. Se trata de un proceso adaptativo normal que cada persona enfrenta de forma distinta.
Las reacciones más frecuentes de un duelo normal son:
- Sentimientos: tristeza, ansiedad, impotencia…
- Sensaciones: debilidad, fatiga, molestias abdominales…
- Cogniciones: pensamientos intrusivos con imágenes del fallecido, falta de concentración…
- Alteraciones perceptivas: alucinaciones visuales y auditivas (generalmente transitorias y seguidas de crítica),…
- Conductas: cambios en el apetito, abandono en el autocuidado…
Fases del duelo y cómo afrontarlas
En la mayoría de las ocasiones las personas se sobreponen a la pérdida, sin embargo, a veces las circunstancias hacen que el proceso sea especialmente difícil. Sucede cuando se producen muertes repentinas, fallecimiento de hijos, adultos jóvenes…
Para poder ayudar en este proceso será importante identificar en qué fase se encuentra la persona que solicita apoyo. Elisabeth Kubler-Roos describe cinco fases por las que suelen pasar las personas que sufren una pérdida (aunque no necesariamente hay que pasar por todas ni en el mismo orden):
- Negación
- Ira
- Negociación
- Dolor emocional
- Aceptación
El asesoramiento psicológico ayudará a:
- Entender cómo se produce un duelo normal y cuál es la diferencia con el duelo patológico. En este contexto, se trabajará para prevenir otras afecciones, como la depresión o la ansiedad, que pueden originarse a partir del duelo.
- Identificar y expresar todos los sentimientos negativos provocados por la pérdida.
- Adaptarse a vivir sin el ser querido. En muchos casos será necesario asumir responsabilidades o roles que antes eran ocupados por él. También hay que tener en cuenta que se pueden perder actividades o personas con las que antes se mantenía relación; a su vez, otras empezarán a formar parte de nuestra vida.
- Recolocar emocionalmente al fallecido y seguir viviendo. Significa crear un lugar simbólico para él, desde el cuál podamos continuar nuestra vida sin olvidarnos de él.
